domingo, 27 de noviembre de 2016

Muere Marcos Ana, poeta y referente de la lucha por la democracia

¿Habéis oído hablar de Marcos Ana?, ¿Podéis imaginar estar 23 años en la cárcel?

Marcos Ana, poeta y comunista convencido, falleció hace unos días a los 96 años en Madrid. Fue el preso que pasó más tiempo en una cárcel franquista. Sufrió torturas en prisión, donde estuvo recluido durante 23 años, desde que tenía solo 19 hasta que, gracias a la entonces recién fundada Amnistía Internacional, fue liberado a los 42. Y siguió luchando por sus ideas. 
Su nombre real era Fernando Macarro. Nacido en Salamanca en 1920, se alistó en el bando republicano cuando estalló la Guerra Civil, después de tener que recoger el cadáver de su padre de entre los escombros de una casa destruida por la contienda. Durante la batalla se afilió al Partido Comunista. En 1939 fue detenido en Alicante por el bando franquista .Pasó por varias cárceles y compartió cautiverio con escritores como Antonio Buero Vallejo. Comenzó a aficionarse a la lectura con algunos libros que circulaban por el penal, clásicos españoles autorizados como Quevedo o Lope de Vega. Pero también logró hacerse con los versos prohibidos de Miguel Hernández  o Federico García Lorca.
Tras años de cautiverio, comienza a escribir. A los 33 años redactó su primer poema y adoptó como seudónimo los nombres de sus padres, Marcos y Ana. Sus versos logran traspasar, escondidos, los barrotes de la cárcel y se convierten en un símbolo de la lucha contra la dictadura. 
Uno de ellos, titulado Decidme cómo es un árbol, dio nombre a sus memorias. El poema habla de la soledad, de la vida en prisión, del aislamiento, de la represión. De cómo, tras tanto tiempo entre rejas, había olvidado la vida.


Decidme cómo es un árbol,
contadme el canto de un río

cuando se cubre de pájaros,

habladme del mar,

habladme del olor ancho del campo

de las estrellas, del aire.

Recitadme un horizonte sin cerradura
y sin llave como la choza de un pobre,

decidme cómo es el beso de una mujer,

dadme el nombre del amor

no lo recuerdo.

¿Aún las noches se perfuman de enamorados
tiemblos de pasión bajo la luna

o solo queda esta fosa,

la luz de una cerradura

y la canción de mi rosa?

22 años, ya olvidé
la dimensión de las cosas,

su olor, su aroma,

escribo a tientas el mar,

el campo, el bosque, digo bosque

y he perdido la geometría del árbol.

Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron.
No puedo seguir:
escucho los pasos del funcionario.

*******************************
“El ejemplo de Marcos Ana: un arma cargada de futuro”, por  Alberto Garzón  y Esther López Barceló, en el diario Público. (extracto)



«La única venganza a la que yo aspiro es a ver triunfantes los nobles ideales de libertad y justicia social». Estas palabras describen el espíritu de un hombre que fue bautizado como Fernando Macarro y que, sin embargo, decidió cambiarse el nombre por el de su padre y madre: Marcos Ana. Tan bello gesto no fue un capricho sino una necesidad: había que evitar la censura franquista.

Marcos Ana nació en el seno de una familia de jornaleros y dejó los estudios con doce años para trabajar. Vivió sus años de infancia y juventud entre Ventosa del río Almar y Alcalá de Henares. Las duras condiciones económicas que protagonizaron sus primeros años de vida hicieron emerger su conciencia de clase, lo que a los dieciséis años le empujó a formar parte de las Juventudes Socialistas Unificadas. A tan temprana edad sufrió la conmoción del golpe de Estado y su compromiso político le llevó a participar activamente en el frente de Madrid para defender la legítima II República bajo el grito de «¡No pasarán!».

Durante los tristes años de la guerra perdió a su padre, asesinado durante un bombardeo de la Legión Cóndor, que era la ayuda aérea que Hitler envió para ayudar a Franco en su labor de aniquilación de la población civil española durante la Guerra Civil.
Marcos Ana fue también uno de los miles defensores de la democracia, de la legítima II República, que cruzó el país en marzo de 1939 para alcanzar el puerto de Alicante. Todas las fuerzas políticas democráticas y organizaciones sindicales que se habían enfrentado al golpe de Estado franquista se concentraron allí buscando la única salida viable ante la ya inminente victoria del fascismo. Como ocurre en la actualidad, entonces miles y miles de personas, familias enteras, se congregaron ante el Mediterráneo esperando zarpar hacia la paz.

Sin embargo, hace 77 años, el puerto de Alicante se convirtió en una cárcel de agua. Los esperados barcos no llegaron debido al bloqueo que realizaron los buques franquistas. Al final de la guerra Marcos Ana, como tantos otros, aún seguía en Alicante. Detenido por las tropas fascistas italianas, pasaría por los campos de concentración de Los Almendros y Albatera, del que consiguió escapar.

Sin embargo, toda España se empezaba a convertir en una gran cárcel, en un penal insaciable que cavaba fosas sin descanso. También estaba repleta de chivatos y espías franquistas. Así, un confidente de la policía le delató ante la policía franquista y fue detenido de nuevo. En efecto, tras la guerra civil nunca llegó la paz, sino la dictadura. Una dictadura que duraría 40 años, de los cuales Marcos Ana pasó 23 en la cárcel. La condena de un luchador por la democracia.

Sufrió la vida carcelaria de Porlier, Ocaña y Burgos, pasando por las torturas y vejaciones propias de la Dirección General de Seguridad, situada en la Puerta del Sol, símbolo de la represión del régimen y por cuyas ventanas lanzaron de una paliza a Julián Grimau para fusilarlo después completamente descompuesto. Sin embargo, la humanidad de Marcos se hacía patente en los momentos más duros, cuando a uno de sus carcelarios tras una agresión, le explicó: «lucho por una sociedad en la que nadie le pueda hacer a usted lo que usted me está haciendo a mí».
Sufrió dos condenas a muerte, una por su actividad política defendiendo la legitimidad democrática en la Guerra Civil y la segunda porque descubrieron su organización clandestina en la cárcel y por la cual le hicieron un Consejo de Guerra. En ese tiempo fue cuando Fernando Macarro se convirtió en el poeta comunista Marcos Ana, el poeta que animó con sus palabras y sus versos al resto de compañeros. En 1961 salió en libertad apoyado por una campaña de Amnistía Internacional . La presión internacional y nacional obligó a Franco a firmar la excarcelación de quien llevara más de veinte años en la cárcel, y fue así como Marcos Ana pudo llevar la lucha por la libertad de sus compañeros y su pueblo al resto del mundo.

Su vida ha seguido dedicada a la lucha por los valores de la democracia, la libertad y la justicia cimentadas sobre bellas convicciones comunistas que resumió en sus versos:


“Mi pecado es terrible;

quise llenar de estrellas
el corazón del hombre”

Marcos es uno de los referentes, héroes de la resistencia antifascista, a quienes debemos lo que hoy tenemos y también por lo que soñamos. El ejemplo de su vida nos enseña que cada derecho del que disfrutamos se ha construido sobre los ecos de las voces de miles de mujeres y hombres que lucharon para conquistarlos. También sobre las lágrimas y la vida misma de quienes lo dieron todo por una sociedad de justicia social/…/
Lo despedimos con sus propias palabras:​

"Yo tengo como consigna vivir para los demás. Es la mejor manera de vivir para uno mismo"

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Mi casa y mi corazón”
(sueño de libertad)

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.
Que entren la noche y el día,
y la lluvia azul, la tarde,
el rojo pan de la aurora;
La luna, mi dulce amante.
Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.
Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Concurso "Mejoro mi ortografía": Resultados de la primera prueba de este curso.



Comenzamos de nuevo este año el concurso "Mejoro mi ortografía".
 La primera prueba -os recuerdo que son un total de cuatro y la final- la pasamos hace unos días . A continuación tenéis la relación de alumnos y alumnas con mejores resultados por grupo. 

A ver si el esfuerzo de todos consigue que prestemos cuidado a este aspecto de la escritura: os animo a que cada uno se proponga en serio mejorar  su nivel.




1º ESO A: Vicente Martínez y Vega Puchades (16.5) / David Belencoso (16)

1º ESO B: Cristina Romero (18) / María Mezzotero (17.5)

1º ESO Flex. : Sara Jadás (16.5) /  Vanesa Botella (15)

2º ESO A: Lucía Pardo (17.5) / Rocío del Campo y  Aitana Martínez (16.5)

2º ESO B: Naiara López y Alex Navarro (17,5)

2º ESO C: Eva Martínez (18) / María Morató (17,5)

3º ESO A: Celia Aguas Guillém (13) /Sandro Altalaguerri (13)

3º ESO B: Ana Martí (18) / Marco Juan (16,5)

3º ESO C: Lea Sadou (16), Adaya Castelló (15,5)

4º ESO A: Eva Moya (15) / Gabriel Luján (14,5)

4º ESO  B: Sara Fernández (17.5)/ Luz Castillo  y  Aitor Olaria (16.5)

1º BAC A: Claudia Aguas Guillém (19) / Belén Ajenjo Bauzá (18,5)

1º BAC B: Noah Molina y Lía Serrano (18,5)

martes, 25 de octubre de 2016

El tiempo pasa

Y afortunadamente el instituto sigue con vida. Año tras año damos la bienvenida a profesoras y profesores que no saben nada de ti. Llegan nuevas alumnas y alumnos que preguntan por qué la biblioteca lleva mi apellido. Lo que aquel día me parecía imposible y doloroso, volver a sonreír en la sala de profesores dirigiendo la mirada hacia "tu sitio", ya ha sucedido. Pero la ausencia sigue ahí, invisible para los ojos, importante para el corazón.
Núria.

lunes, 24 de octubre de 2016

Entrevista a María Soto Pérez, por Irene Martínez

Con esta entrada inauguramos una nueva sección en este blog: la dedicada exclusivamente al protagonismo de nuestros alumnos y alumnas.
La intención es destacar algunas actividades, participaciones, premios , experiencias, etc. del alumnado, tanto dentro como fuera del centro; a veces, son conocidas por muy pocos y, seguro, son de interés. 

Y la idea es que sean también los mismos compañeros los que se encarguen de darlas a conocer, así que os invito a todos a participar.

Hoy nuestra "reportera" es Irene Martínez, que ha entrevistado a María Soto para que nos cuente su experiencia, el pasado verano, en uno de los Campus Científicos.


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    María Soto Pérez fue participante en el cursillo de verano de la ciencia que se realiza cada año en diferentes campus científicos de España, al cual van los alumnos que mejor nota media tienen. A ella le tocó ir a uno de los Campus Científico de verano de Murcia.


ENTREVISTADOR: Hola María cuéntanos un poco por qué decidiste apuntarte para ir al campus.
MARÍA: Mi profesora de física y química, Mª José, nos habló del campus y decidí apuntarme esa misma tarde.
ENTREVISTADOR: ¿Qué sentiste cuando supiste que te habían escogido para ir?
MARÍA: Al principio no me gustaba mucho la idea de ir al campus en verano, pero al final decidí ir y no me arrepiento de haberlo hecho.
ENTREVISTADOR: ¿Por qué solo cogen a los alumnos que tienen mejor nota media?
MARÍA: Porque se realizaban actividades que requerían un cierto nivel académico.
ENTREVISTADOR: ¿Al principio tenías un poco de miedo de ir o estabas decidida a que querías ir?
MARÍA: Al principio si que tenía miedo ya que no conocía a nadie y no sabía lo que íbamos a hacer.
ENTREVISTADOR: En el campus se realizan cuatro proyectos distintos, ¿qué proyecto te tocó realizar a ti?
MARÍA: A mí me tocó realizar el proyecto llamado “H2O, una molécula muy especial”.
ENTREVISTADOR: ¿Te gustó realizar este proyecto?
MARÍA: Al principio pensaba que no me iba a gustar ya que parecía el más aburrido de los cuatro, pero resultó ser el más divertido.
ENTREVISTADOR: ¿Cuánto tiempo estuviste en el campus?
MARÍA: Estuve una semana en la Universidad de Murcia.
ENTREVISTADOR: ¿Cómo fue tu día a día en el campus?
MARÍA: Al principio de la semana fue un poco duro pero conforme iba avanzando la semana nos lo pasábamos mejor y disfrutamos mucho con el proyecto.
ENTREVISTADOR: ¿Cómo eran tus compañeros?
MARÍA: Muy divertidos, hicimos mucha amistad en tan poco tiempo.
ENTREVISTADOR: ¿Y los profesores?
MARÍA: Muy divertidos y aprendimos mucho gracias a ellos.
ENTREVISTADOR: ¿Al final del campus cómo te fue con tus nuevos amigos?
MARÍA: Muy bien, seguimos manteniendo contacto y ya hemos quedado para el año que viene.
ENTREVISTADOR: ¿Estabas triste cuando llegó el momento de irte?
MARÍA: Sí, mucho, ya que en una semana hicimos gran amistad conviviendo juntos, fue genial.
ENTREVISTADOR: Esto es todo, muchas gracias María.




"Palabras" , de Jesús Marchamalo y Mónica Gutiérrez Serna

Me gustan las palabras.
Me gusta bajar por la mañana a comprarlas,
a elegirlas una a una, como si fueran albaricoques maduros.
/.../
Me gusta atesorarlas.
pero también dejarlas escapar, a veces, como si no fueran mías.

Hay decenas de miles de palabras. Puede que más.

Palabras construidas en chapa,
que suenan como el óxido al decirlas, esqueje;
o con madera, tacón.

Palabras recortadas en papel cebolla, sílfide o liminar;
y palabras bastas como una tela vieja: lomera, bayeta, batanar...
Hay palabras que hay que masticar
como si tuvieran nervios: duplicar, irreversible.
/.../
Tengo una amiga a quien le gustan las palabras con hache intercalada.
Le gusta almohada, barahúnda o alhacena.
La hache intercalada es como una espina,
y hay que tener cuidado para que no se te clave en el cielo del paladar.

A Octavio Paz le gustaba la palabra nube;
a Borges, cristál o ámbar;
y a Valle-Inclán le divertía cursi, que suena delgada y blanda,
como un globo de chicle.

Definitivamente, me gustan las palabras.
Me gusta, a veces, verlas en los escaparates, elegantes como actrices de revista.
Y me gusta, también, recogerlas del suelo, húmedas como un guante olvidado,
y limpiarles el barro de la manga.
/.../


Todas las palabras anteriores, esos enunciados que suenan a verso, las podéis encontrar - y completar- en este libro:



Se trata de un texto precioso de Jesús Marchamalo que nos invita a pensar en la sonoridad de las palabras, en sus connotaciones, en su valor, en lo que encierran o sugieren, en cómo debemos cuidarlas. Las ilustraciones de MO Gutiérrez Serna, en un estilo muy actual, completan esta cuidada publicación de ediciones KALANDRAKA, que ya ha tenido diversos reconocimientos, como el de ser distinguido por el Ministerio de Cultura como 2º Premio Nacional a los Libros Mejor editados en 2014.

En un tiempo en que las palabras se desvirtúan, se banalizan, se usan demasiado frecuentemente de  manera grosera o hiriente, este libro nos propone mimarlas, limpiarlas de barro, atesorarlas; nos invita a servirnos de ellas con respeto y cariño.



sábado, 22 de octubre de 2016

Tres poemas de "Hola mi amor, Yo soy el Lobo... y otros poemas de Romanticismo Feroz"



Acaba de reeditarse "Hola, mi Amor, Yo Soy el Lobo... y otros poemas de Romanticismo Feroz", antología de Luis Alberto de Cuenca, que fue publicada por primera vez hace ocho años y que hoy se encontraba agotada.
Es una bonita edición de Reino de Cordelia, con ilustraciones del coautor de la misma, Miguel Ángel Martín, que ha realizado unas sencillas ilustraciones próximas al estilo poético del autor.       
En ella está incluida la canción Caperucita Feroz, que escribió para Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón y cuyos dos primeros versos dan título al libro, y también uno de sus poemas más conocidos , El desayuno, que seguro os gustará.

  EL DESAYUNO
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».

                   DNA

DNA o ADN, poco importa
si en castellano o inglés: el caso
es que me muero por tus proteínas,
por tus aminoácidos, por todo
lo que fuiste una vez, cuando tus padres
vinieron de cenar algo achispados
y, después de tirar de la cadena,
hicieron una nueva con tu nombre,
con tus curvas y con tus fantasías.
Dame una foto de tu DNA
tamaño DNI, que me retuerzo
de ganas de mirarla a todas horas.


   VAMOS A SER FELICES

Vamos a ser felices un rato, vida mía,
aunque no haya motivos para serlo, y el mundo
sea un globo de gas letal, y nuestra historia
una cutre película de brujas y vampiros.
Felices porque sí, para que luego graben
en nuestra sepultura la siguiente leyenda:
"Aquí yacen los huesos de una mujer y un hombre
que, no se sabe cómo, lograron ser felices
diez minutos seguidos."

domingo, 11 de septiembre de 2016

Adiós a nuestro compañero y amigo Jorge Francés

El viernes día 9 murió nuestro compañero Jorge.

Jorge Francés , catedrático de francés, esa lengua que tanto amaba y que hizo amar a todos los alumnos que tuvieron la suerte de disfrutar con él como profesor.

Otros lo hicimos como compañero, como amigo. Era de esas personas a la que todo el mundo aprecia y respeta. Culto e inteligente, con ese saber estar siempre exquisito, con su porte elegante y su franca sonrisa, el solo hecho de charlar con él en la sala de profesores de cualquier tema era ya todo un regalo, un soplo de frescura e inteligencia.

El pasado viernes, mientras en el instituto estrenábamos el curso, se acabó de morir, tras un año de enfrentar con entereza y valentía el cáncer que nos lo ha arrebatado. Mañana a las 11,45 en el cementerio de Valencia será incinerado.

Que la tierra - o el aire o el fuego- te sea leve, compañero.
Los que hemos compartido instituto contigo, todos los que te admirábamos y queríamos, guardaremos siempre tu recuerdo en el lugar más cálido de nuestros corazones.


jueves, 23 de junio de 2016

V Concurso relato Corto AMPA EIS LA SENDA. Textos ganadores Categoría A

Viaje hacia la perdición
Alex Navarro 



 Esta es una historia de una niña llamada Sara, que vivía en la ciudad de Damasco y tenía 9 años. Era feliz con su familia, a pesar de llevar un tiempo de guerra, su padre se llamaba Karim y era profesor del colegio donde Sara estudiaba. Su madre se llamaba Aisha y era ama de casa y encargada de cuidar de ella y sus dos hermanos, Hassan con 13 años y Malek con 6.

Desde que empezó la guerra sus padres procuraban que este hecho les afectara lo menos posible, llevando así una vida corriente y lo más parecida a la que tenían antes. Sin embargo, cada vez la guerra, que empezó siendo una tontería, se iba complicando mas. Su familia y sus amigos empezaron a marcharse a Europa. Sara y su familia también querían marcharse, pero su padre no quería abandonar ni Siria, ni su casa ni su vida allí.

Sara iba creciendo y cada vez se percataba más del peligro de la guerra. Algunas de sus amigas se habían ido y las que quedaban tenían algún conocido o familiar fallecido. Le daba miedo ir sola por la calle y la única música que había era las bombas estallando. Sara cuando se iba a dormir siempre recordaba como era su vida antes de la guerra. Jugaba con sus amigas, en la calle y le encantaba ir al colegio, porque era una niña que le gustaba mucho aprender. Ahora nada era igual, ya no se podía jugar en la calle ni ir al colegio. Todas las noches lloraba hasta que se quedaba dormida. No entendía a su padre, ni la razón por la que seguían allí.
Sus ganas de emigrar a Europa y de aprender, y como no podía ir al colegio, le hicieron ponerse a estudiar ella sola inglés en su casa. Como era tan lista no le costó aprender la lengua.
Un día en el que la guerra ya llevaba 3 años aproximadamente, el padre de Sara, Karim, se iba al colegio como hacia diariamente. Ese día Sara, como muchos otros días, decidió irse con él. A su padre no le gustaba que se fuera con él, porque era muy peligroso. A las niñas no les dejaban ir al colegio y si llegaban los guerrilleros y la veían allí era peligroso para ella y para su padre.
Cuando los guerrilleros entraban al colegio, Sara se escondía rápidamente.  A pesar de lo peligroso que era, Karim disfrutaba mucho de la compañía de Sara. Le gustaba ver lo feliz que estaba su hija. Al contrario que Sara, los hermanos no tenían ningún problema en ir al colegio, por eso se iban solos.
 Salieron de casa Sara y su padre dirección al colegio. Era una mañana nublada y fría. Iban los dos de la mano comentando un problema de matemáticas, Sara se lo pasaba muy bien cuando mantenía esas conversaciones con su padre y Karim también disfrutaba. De repente sobre ellos se oía un ruido muy fuerte, toda la gente de su alrededor comenzó a correr y a gritar. Sara no era consciente de lo que ocurría pero su padre le agarro más fuerte la mano y echó a correr. Empezaron a oír estallidos a su alrededor y su padre le gritó : -¡Son aviones!  ¡ Nos están bombardeando! -. Sara corría como nunca lo había hecho. Tenía mucho miedo, más que en toda su vida. De pronto oyó una explosión mucho más fuerte, más cercana y todo ahora era negro. Ya no notaba la mano de su padre, pero lo escucho gritar: -¡Sara corre, corre, corre!-. Sara no lo veía, no veía nada  -¡papa no veo nada! ,¿dónde estás
  Su padre ya no contestaba. Dejaron de escucharse estallidos y comenzaban a oírse quejidos y lloros. El miedo a Sara no le dejaba moverse. Alguien se acercó pero no podía verle, solo lo oía. Ella le dijo:-¿dónde está mi padre?-.
Empezó a llegar  gente que le ayudó. A su padre y a ella le alcanzó una bomba, ella perdió la vista y su padre la vida.
Al morir su padre, que era el que quería seguir en Siria, la familia se puso en marcha para poder emigrar a Europa. Aunque Hassan, el hermano mayor de Sara, después de enterarse de la procedencia de la bomba que mató a su Padre y dejó ciega a su hermana , ya no tenía tan claro que los occidentales fueran los buenos. En cambio Sara, estaba convencida de que en Europa su única barrera sería su ceguera y no otros aspectos como ser mujer.
Ellos para llegar a Europa necesitaban contactar con una mafia, cosa que no era fácil, aún siendo una familia acomodada. Tras varios meses, y con la ayuda de amigos y conocidos, consiguieron negociar con una mafia su salida de Siria. Esto provocó que todos los ahorros que tenían fueran entregados a la mafia y se quedaron en la ruina.
Una fría noche del mes de Enero comenzó el viaje de Sara y su familia hacia occidente. Hassan, seguía sin estar muy convencido de ir a Europa, pero al morir su padre él sentía la responsabilidad de llevar el rumbo de la familia.
Tuvo que resignarse a la decisión que su madre y hermanos eligieron. El viaje fue largo, duro y muy peligroso. Tuvieron que convivir varios meses con personas de diferentes clases sociales pero en su misma situación, escapar de una guerra sin sentido. Pasaron frio, hambre, dolor…                                                            
  Fueron viendo como los más débiles, niños y ancianos, se iban quedando por el camino. Por fin llegaron a Turquía, ya estaban a un paso de Europa, pero encontrarían una nueva dificultad. Europa estaba blindada, era difícil atravesar sus fronteras. Esto obligó a Sara y su familia a permanecer en Turquía unos meses, hasta que encontraran la forma de poder llegar. Estaban en un campamento con cientos de refugiados mas y en muy malas condiciones.
Hassan hizo amistad con un grupo de chicos de su edad. A Sara estas amistades no le causaban muy buena impresión. Notaba que su hermano había cambiado mucho, sus modales eran más agresivos y cada vez era más radical con la vida occidental. Comenzó a ir a unas reuniones hasta altas horas de la noche. Intentaba convencer a la familia para que se quedaran en Turquía. Les decía que para los occidentales ellos eran escoria, y que no respetaban ni su religión ni sus creencias. Sara esto no lo quería ni escuchar, porque para ella occidente era su libertad. Sara, una noche, espero a que su hermano volviera de una de sus reuniones misteriosas. Cuando Hassan regresó, por el tono de voz´, Sara pudo detectar lo eufórico que venía. Sara le reprochó que mientras él perdía el tiempo en esas absurdas reuniones, ella, gracias a el inglés que había aprendido, estaba buscando soluciones para salir de allí. Y él le dijo :-Cállate mujer. Vosotras no podéis opinar-. Sara le contestó:- No puedo opinar,¿ por mujer o por ciega?.
-No puedes opinar por mujer, y tu ceguera te hace inútil-. En ese momento Hassan empujó a Sara tirándole al suelo. Su madre apareció, -¿pero que haces? ¡Es tu hermana!-
-Es una mujer, como tú-. Malek, el hermano pequeño, observaba asustado. No reconocía a su hermano. Hassan lo miró y le dijo:-Me voy, vente conmigo-.Malek negó con la cabeza y corrió hacia su madre. Hassan con rostro enfadado dijo:-esta no es mi familia, me voy con mi verdadera familia-.

Gracias a la fluidez de inglés de Sara, la familia consiguió ponerse en contacto con unas personas que les prometieron llegar hasta Grecia por mar. Esto era muy peligroso, pero tanto Sara como su madre y hermano estaban dispuestos a cualquier cosa. El dinero lo sacaron de un ahorro secreto de la madre y así pudieron pagar los pasajes.
Por fin en un día de octubre lluvioso Sara y lo que quedaba de su familia embarcaron en una pequeña lancha hinchable. Esta solo tenía capacidad para diez personas, pero embarcaron veintiuna. Para lo peligroso que era, todo iba bastante bien, aunque todos tenían mucho miedo y estaban en silencio.
Pasaron la noche en la lancha. Yo creo que fue la peor noche de sus vidas. Cuando por fin amaneció vieron tierra. Parecía que ya lo habían conseguido, cuando con un estruendo enorme explotó el motor de la lancha dejándolos así a la deriva. Por si no fuera poco uno de los viajeros de la lancha, con la explosión, cayó al agua. Sara que no lo vio, pero lo escucho, intentó a ayudarlo, pero terminó cayendo ella también. Su madre y su hermano acudieron a ayudarla. Su hermano sin miedo se lanzó al agua y cogió a Sara y esta agarró con fuerza al chico que había caído. Aisha, la madre de Sara, los logró coger, con la ayuda de la demás gente. Ya cuando casi estaban los tres en la lancha, Sara perdió el equilibrio y volvió a caer al agua, pero esta vez lejos de la lancha. Enseguida todos se combinaron y con las manos lograron remar hasta ella y  consiguieron subirla a la lancha. Una vez todos en el barco vino un equipo de rescate y los remolcaron hasta la orilla.

Sara, Aisha y Malek estaban como en un sueño, por fin lo habían conseguido. Estaban en Europa. Atrás dejaban un hijo, un hermano, miseria, hambre, miedo… Ya habían cumplido su objetivo. No sabían que el viaje aún no había acabado…  


V Concurso relato Corto AMPA EIS LA SENDA. Textos ganadores Categoría B



          LOS OJOS QUE NO ME DEJABAN VER

Sara Navarro


Las manecillas del reloj marcaban las siete de la mañana cuando llamaron al timbre. ¿Quién podía ser a estas horas? Helena se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta tras la cual esperaban dos hombres; uno calvo, el otro un poco más bajo y con el pelo algo canoso. Esther abrió la puerta después de mirar por la mirilla y al hacerlo, el más bajo le mostró una placa. ¿Qué hacía la policía en su casa? Los hombres, con el rostro desencajado, permanecieron unos segundos callados hasta que el calvo empezó a hablar.

Para Esther el mundo dejó de girar. No podía ser. Un sollozo ahogado rompió el silencio tras las palabras del hombre calvo y unos segundos después… cayó al suelo.
 



Encontraron a María por casualidad; un coche de policía que patrullaba el pueblo se detuvo al ver entre dos contenedores una bolsa manchada de algo que parecía sangre. Los dos policías bajaron del coche y cuando se acercaron a ver lo que contenía la bolsa descubrieron horrorizados que se trataba de una joven con varios signos de violencia. Al poco tiempo, el callejón se había llenado de policías, periodistas y algún vecino curioso.
El reloj marcaba las siete cuando los dos policías que hacía apenas una hora habían encontrado el cuerpo de la joven, se disponían a pedirle a su madre que identificara el cuerpo de su hija.



Jamás podré olvidar la primera vez que sus ojos se clavaron en los míos. Era verano y nos invitaron a una fiesta en la playa a mi amiga Laura y a mí. A mí nunca me ha gustado mucho beber, pero lo había dejado hacía pocas semanas con Carlos y vi mi salida en el alcohol y chillando como si no hubiera un mañana. La verdad es que de esa noche recuerdo pocas cosas, de entre ellas sus brillantes ojos azules que conseguían provocarme escalofríos cada vez que se clavaban en los míos, la música, e imágenes confusas en las que aparecía él cogiéndome antes de que me cayera al suelo.
Después de la fiesta no volví a saber nada del chico hasta Agosto. Estaba estudiando tercer año de filología inglesa y me ofrecieron trabajo dando clases a niños en un campamento de inglés cerca de la playa. No lo pude creer cuando vi de nuevo esos ojos azules clavarse en los míos.
-Hola, yo soy Marcos; encantado de conocerte…
-Emmm si, María; quiero decir, que me llamo María…-no sabía que decir, ni que hacer. Por una parte sentía vergüenza por volver a encontrar a aquel desconocido, pero por otra no podía dejar de analizar al chico alto, moreno y con ojos azules que tenía enfrente y tampoco podía alejar de mi mente los sentimientos de atracción que despertaba en mi aquel chico.
-No sé si te acordarás pero tú y yo ya nos conocíamos…
-Si, en la playa… bueno, siento que me conocieras en ese estado pero yo en realidad no soy así, quiero decir… que yo pues de normal no bebo pero resulta que…- una sonrisa perfecta se dibujó en el rostro de Marcos y cortándome me dijo:
-Tranquila, cuando vamos de fiesta todos nos convertimos en personas completamente diferentes, no tienes por qué darme explicaciones. ¿Qué haces aquí?
-Pues hago de profe, ¿y tú?
-Monitor, ya sabes… juegos y todas esas cosas para los críos…- me dedicó de nuevo una sonrisa y yo se la devolví, la conversación se alargó tanto que cuando dejamos de hablar ya era casi la hora de comer y aún ni había deshecho las maletas…

Esas dos semanas fueron las mejores de mi vida. Estuvimos hablando de tantas cosas… tenía un año más que yo y había tenido dos novias pero las dos tuvieron que irse a vivir a otros sitios… parecía tan sensible… ahí empezó todo.

Ahora llevamos juntos cinco meses y cada vez las cosas van a mejor. Estoy segura de que es mi media naranja, el chico perfecto para mí. Todas mis amigas piensan que hacemos la mejor pareja del mundo, incluso mejor que Angelina Jolie y Brad Pitt. Todas menos mi amiga Laura, es una plasta… no entiende que ya no tengo tiempo para ir a hacer tonterías con ella como antes. Lo primero para mí es Marcos, bueno y yo también soy lo primero para él, supongo. Desde que estamos juntos no nos separamos, no podemos estar un día sin vernos… me cuida tanto…

-María, ya ni llamas a tus padres para preguntarles como llevan la semana, no pasas casi por casa, te estás gastando mucho dinero en comprarte esa ropa estúpida de marcas pijas y… ¡¿ahora me dices que no quieres venir al cine?!
-Ay Laura, hoy hago cinco meses con Marcos… si fueses buena amiga no me echarías en cara esas tonterías. Me gusta vestirme así, me siento más mujer y ya soy adulta para estar llamando a mis padres dos días por semana para preguntarles como van las cosas por allí.
-María… ¿No te das cuenta de que no eres la misma? Hace unos meses no te habrías puesto una falda por debajo de las rodillas ni aunque te pagaran… ¿Ahora si?
-Mira Laura, no seas exagerada…La falda llega a las rodillas… he cambiado, no quiero ser la chica de las minifaldas que va provocando cuando tiene novio. Marcos me dijo que a él le gustaba más como me quedaba esta ropa; que me hacía más intelectual y que era más apetecible poder quitármela…
-Marcos… claro. ¿Vistes así por Marcos? La verdad María, no te reconozco.
-Laura, hacía mucho que nadie me cuidaba tanto, ni me protegía tanto. Estoy tan feliz… me siento muy afortunada, de verdad. Y no me importa vestir así, incluso me gusta; en serio Laura, no culpes a Marcos de mis cambios; soy yo, esta es una nueva etapa en mi vida y siento que ya era hora de hacer cambios.-
Llaman al timbre y voy corriendo a abrir la puerta. Un ramo de rosas gigante aparece al abrir la puerta y detrás de él, el chico de mis sueños, mi príncipe azul.
-¡AMOOOOR!
-Buenos días princesa, gracias por hacer de estos cinco últimos meses los mejores de mi vida.

El tiempo pasa volando, quién diría que mi felicidad pudiera ser tan duradera… Hoy es 26 de Agosto del 2015 y Marcos y yo hacemos un año juntos. Este último mes Marcos ha estado viviendo en el piso con Laura y conmigo, y como era de esperar Laura no deja de poner pegas. Que si no limpia, que si no cocina… pobrecito. Lo echaron del trabajo y estaba viviendo en casa de su jefe, en una habitación alquilada; al echarlo no tenía ningún lugar al que ir y yo le ofrecí nuestro piso hasta que encontrara otro. Claro que con la pesada de Laura el pobre no puede vivir en paz.
Ahora he quedado con Marcos para ir al parque donde me pidió salir, es tan detallista…
-¡Laura me voy con Marcos!
- ¿Vivís juntos y tienes que quedar con él?
-Es una sorpresa… hoy hacemos un año Laura, ¿te lo puedes creer?
-Por supuesto que me lo creo María… llevas un año viviendo en el infierno y te crees que es el cielo. ¿No te das cuenta? Te controla las llamadas, los horarios, la ropa, no te deja salir sola por ahí a no ser que vayas a la uni… ni siquiera te deja salir con tus amigos. ¿Hace cuanto que no hablas con Víctor y con Rubén? Son nuestros amigos desde que éramos unos mocos.
-Que amargada estás Laura. ¿No te das cuenta que hace todo eso porque me quiere? Solo quiere que sea suya y es normal…yo quiero que él sea solo mío también, pero sé que me quiere tanto que no me hace falta ni mirarle el teléfono. Sólo tiene ojos para mí. Y si tanto te molesta pues te vas del piso.
-¿Encima me tengo que ir yo? Se pasa todo el día con la cervecita viendo la tele, sin hacer nada.
- Eso es mentira, yo le he visto fregando los platos y tendiendo un par de lavadoras.
-Mira María, no quiero discutir contigo. Eres mi mejor amiga y lo único que quiero es protegerte pero si tu no ves el peligro, allá tú. Yo me voy de esta casa y si queréis os quedáis los dos en amor y compañía en este piso siendo felices y comiendo perdices. Pero yo opino que estás viviendo con el propio diablo.
-Pues me parece perfecto, vete y déjame ser feliz. Marcos tiene razón. Estás celosa de mí y siempre lo has estado. Eres una egoísta que no aguanta verme feliz, ¿Pues sabes qué? Que te vas a quedar sola, porque nunca vas a encontrar a nadie que te quiera como a mí me quiere Marcos. ¡SOLA!


Han pasado dos meses desde que Laura se fue y tengo la sensación de que cada día es peor que el anterior. Marcos está todo el día tumbado viendo la televisión o jugando a la consola y yo me tengo que encargar de absolutamente todo. Sé que me quiere y me encanta vivir con él pero…

-¡María! ¡La comida!
-Marcos, he llegado hace media hora de la Universidad, aún no tengo la comida hecha.
-¡Eres una zorra! A la universidad vas demasiado… eso te pasa, que te gusta más zorrear que a un tonto un lápiz. ¿No te gustaría más quedarte aquí conmigo en vez de ir a la universidad?
-Pero…
-¡QUE ME HAGAS LA PUTA COMIDA! Y mañana no vas a la universidad. Te quedas conmigo, que hace mucho que no me pones contento… seguro que allí los tienes a todos el doble de contentos que a mí con ese escote que me llevas.
-Marcos, si no llevo escote es solo…
-Que te calles la boca y me hagas la puta comida que tengo hambre.

Marcos se acerca a mí con el bote de cerveza y me da un beso. Está borracho, si no lo estuviera no me diría todas estas cosas.
-Marcos yo te quiero, ¿Tú me quieres?
-Eeeey, mi vida… no llores shhh eh, mírame.- me levanta la cabeza cogiéndome de la barbilla- eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, no voy a dejar que pase lo mismo que con Lucía y Andrea; por supuesto que te quiero. Pero entiéndeme, tengo hambre y tú cocinas tan bien…
-¿Quiénes son Lucía y Andrea?
-¿eh? Ah… mis novias que te conté que me abandonaron, que hijas de puta…Esas si que eran zorras…
-Yo no te voy a abandonar por nada del mundo  Marcos, pero me siento mal cuando me dices esas cosas…
-Lo siento, cariño- y se toma el último trago de su cerveza.- Por favor, hazme la comida.
- Voy.
Mientras hago la comida pongo las noticias. Y dejo las sartenes al escuchar una noticia.
-Y hoy se encuentra, después de un año y medio desde su desaparición a Andrea Torres. Los restos de la joven aparecieron en medio del campo, a unos cien quilómetros de la casa donde vivía con su pareja Marcos Núñez. La policía investiga un posible caso de violencia de género y se dispone a buscar al joven del que nadie sabe desde hace unos meses.-
No podía creer lo que estaba escuchando, asustada cojo la sartén cuando oigo entrar a Marcos por detrás de mí, pero cuando me doy la vuelta ya es demasiado tarde. Marcos se abalanza sobre mí y aprieta sus manos contra mi cuello. No puedo respirar, sólo puedo oír como grita.
-¡ZORRA!¡YO TE QUERÍA!¡TÚ HAS PROVOCADO ESTO!
Con las pocas fuerzas que me quedan agarro la sartén y le doy en la cabeza, intento levantarme pero no puedo. Finalmente me arrastro hasta el comedor  y voy a por mi teléfono. Marco el número de Laura a duras penas y respiro aliviada unos segundos cuando la llamada da tono.
-¿María?
-¡Laura!
Pero no me da tiempo a más. Cuando me quiero dar cuenta tengo a Marcos encima de mí y siento un dolor en el estómago. Cuando miro hacia abajo solo veo sangre. Vuelvo a mirar a Marcos y me pierdo en sus ojos azules  mientras me clava el cuchillo una segunda vez y la tercera vez ya casi ni me duele, me duele más su mirada clavándose en la mía, sin signos de sentimientos. Yo sé que me quiere, solamente está borracho… solamente está borracho…yo… le quiero, o le quería. ¿Me quiere?


El reloj marca las siete de la mañana cuando, donde horas antes encontraron el cuerpo de una muchacha desaparecida desde hace un año y medio, yace el cuerpo de un joven con un tiro en la cabeza. 




Según Dani…

Eva Moya Ferry

Llegamos mi madre y yo a la casa nueva, teníamos que instalarnos rápido porque al día siguiente empezaría las clases. Nos acabábamos de mudar, y mamá aún estaba nerviosa por la separación entre papá y ella. Pero no quitaba la sonrisa de su boca, no quería entristecer a su único hijo. Mamá llevaba tiempo sufriendo en silencio, llorando entre noches y revisando una vez tras otra los registros fiscales, ya no se arreglaba para salir a la calle, se recogía el pelo con una pinza, y se ponía siempre el mismo chándal para salir. No se maquillaba sus preciosos ojos castaños y ya no se teñía los labios de rojo.
Al llegar, las vistas no eran muy motivadoras; era una finca vieja, con grietas en la misma fachada, pero lo peor fue que no había ascensor.
Subimos hasta el tercer piso, pero mi madre se paró y dejó unas cajas que llevaba en las manos.
-¿Te pasa algo mamá? -pregunté preocupado.
Ella, cogiéndose del abdomen contestó:
-No, solo es flato -dijo con tono humorístico- sigue tú, sube las cajas al quinto piso y abre la puerta nueve..-me entregó las llaves.
Llegando al cuarto piso me topé con un chico que, sin pausa y a toda mecha bajaba las escaleras.
-¡hola! – dijo acaloradamente- me llamo Dani.¿ Sois los nuevos vecinos del quinto?
- si- musité yo extrañado-nos vamos a instalar ahora.
-perfecto, ¿ayudo?
-vale- dije mientras él cogía las cajas sin ningún esfuerzo.
Mientras subíamos, Dani me comentó que se mudó a esta finca cuando su madre falleció y que ahora vive aquí con su padre.
Llegamos al quinto rellano, tenía las llaves en la mano y la puerta enfrente de mí, cuando entorné la puerta un chirriante ruido arañó mis oídos. El salón no estaba mal, pero apenas me fijé, porque fui corriendo a ver lo que sería mi cuarto. Tenía una extraña forma, pero era grande y con una cama cómoda. Pensara lo que pensara, era lo que tenía.
Salí tan emocionado para ver la casa que me olvidé por completo de Dani, así que salí a ver cómo estaba
No estaba, pero oía su voz subiendo por las escaleras. Estaba ayudando a mi madre a subir cajas del coche.
-¿Así que  estáis matriculados en el mismo instituto?- mi madre ya había comenzado el interrogatorio.
-Efectivamente-afirmó Dani - el instituto de “Los Jazmines”.
Al día siguiente me preparé para ir al instituto, era la primera vez que  llevaba uniforme para ir a la escuela.
Al salir del patio me crucé con Dani.
-Buenos días-me saludó-voy a coger un par de libros que se me han olvidado, si quieres esperarme y vamos juntos al instituto...
Lo cierto es que no me venía nada mal su ayuda, pensaba usar Google maps para llegar a clase.
-Sí, claro que te espero - yo esbozaba una sonrisa mientras lo decía.
Durante la ausencia de Dani yo pensaba es su mirada profunda, aireada y fresca. Sus ojos eran del verde más intenso de la escala cromática; iba encorvado, tenía un aspecto algo desaliñado. Perecía un jugador de baloncesto por su esbelta figura y su alta planta. Su pelo moreno cantaba demasiado por su pálida piel, que parecía porcelana.
Dani tenía diecisiete años, nos llevábamos uno de diferencia; él estudiaba primer curso de bachillerato, yo, en cambio, cuarto de ESO.
Durante la ida estuvimos hablando, según Dani el instituto no es un lugar donde se pierde el tiempo, si no donde se gana cultura, conocimiento y respeto (Los tres valores más necesitados de la escuela según Dani).
Sabía que no íbamos a la misma clase, pero igualmente se sentó en la hora de la comida conmigo. Dejando de lado el sin fin de chicas que lo esperaban en otras mesas.
A la salida me esperó y me llevó a un parque no muy lejos del instituto. Dejando la mochila en un banco cogió las cadenas de un columpio mientras se sentaba y cogía impulso. Echaba la cabeza hacia atrás para poder ir más rápido. Yo estaba extrañado. 
-¿Qué haces? -le  pregunté desde el banco donde estaban las mochilas.
-¿Hacer qué?-replicó él.
-No sé… ¿jugar?
Él saltó del columpio y, como un gimnasta olímpico clavó sus pies en el suelo, se volvió hacia mí extrañado.
-¿Y por qué no?-contestó con una pregunta retórica- los parques están hechos para eso, para jugar.
-Pero… ¿no eres un poco mayor para eso?
-No pone límites de edad, es algo tan obvio que nadie lo hace por miedo.
-¿Miedo a qué?
- A lo  que digan los de más, es decir, vergüenza.
Sus palabras me hacían pensar, no había límite de edad para divertirse en público.
Ese mismo jueves tenía dos exámenes y no sabía por dónde empezar a estudiar, mi madre no podía ayudarme porque estaba ocupada con los papeles del divorcio. En ello llegó Dani, justo antes de mandarlo todo por los aires.
-Buenas tardes, ¿molesto? -preguntó Dani tímido.
Mi madre desde la cocina lo oyó y gritó que no, Dani dirigiéndose hacia mí, volvió a preguntar.
-¿Estás muy ocupado?
-Lo cierto es que sí, pasado mañana tengo dos exámenes ¿por qué lo preguntas?
-Mi padre tiene para el sábado entradas para la ópera. Se las han dado en el trabajo. ¿Te apetece?
-¿Ópera? – repliqué yo-Eso es aburrido.
-Perdona, es lo suficiente mente buena para que yo la quiera ver- incluyó, con tono burlesco. - en fin ¿Te animas?
-Si estudio lo suficiente, sí.
-Vale, ¿qué tienes que estudiar?-preguntó arromangándose los puños de la camisa mientras entraba en mi casa.
-Historia, es lo que peor llevo.
Fue gracioso ver como Dani escenificaba la revolución francesa con los soldados de lego que tenía por casa. Ese examen lo bordé así que mi madre me dejó salir son Dani el sábado.
Vimos la flauta mágica, una de las óperas más conocidas del mundo y que yo casi me pierdo ver. Fue magnífico ver como las mujeres llegaban a notas tan altas que podían tocar la estrellas y los hombres llegar a tocar con sus voces todos los rincones del teatro municipal. Fue espectacular verlo en directo y se lo agradecí al padre de Dani por llevarnos y por darme una entrada.
El lunes volvimos a la rutina, todas las mañanas partíamos hacia las clases por la misma calle, a la misma hora y a paso ligero. Aquello era una locura, según Dani, la locura solo afecta a los que no tienen miedo de triunfar o de ganar. Dani nunca tenía delirios de grandeza, pero sí que se le iba un poco la cabeza. Por ejemplo: aquella vez que dijo que la inspiración venía de esnifar los pensamientos.
Pasaban los días, aquel chico al que apenas conocía se convirtió en mi mejor amigo. Según Dani tener mejores amigos es una forma de clasificar a las personas demasiado subjetiva. Él me contó que tener mejores amigos la parecía una auténtica tontería y que él nunca tuvo.
Llegando a finales del segundo trimestre; en la cafetería de la escuela, estaba yo con la bandeja llena entre las manos. Una de tantas chicas que perseguía a Dani por los pasillos entorpeció mi camino con una zancadilla, haciéndome caer y mancharme la camisa blanca del uniforme y no se me ocurrió nada mejor que hacer que salir hacia los baños enojado.
Dani, que lo había visto todo se dirigió hacia la chica y, cogiéndola del brazo enfurecido le dijo:
-Te has pasado Olivia.
Yo ya estaba encerrado en una de las cabinas que tienen los baños públicos, llorando, y pensando qué debería haber hecho. En eso que llegó Dani.
-¡Hey!- musitó con tono comprensivo-¿estás bien?
En ese momento no quería hablar con nadie, pero no se fue, no me quedó más remedio que decir que debería haberle dicho a esa chica un par de cosas.
-no puedes volver al pasado a reconstruir tu presente a tu gusto, solo puedes  reconstruir el futuro a tu ritmo desde ahora.
Abrí la puerta del baño, Dani estaba apoyado en la pared esperándome a que hablara para intentar comprenderme.
-Olivia se ha pasado, no ha tenido gracia, ya se lo he dicho-lo enumeró todo despegándose de la pared y acercándose a mí.
-¿puedo hacerte una pregunta?
-ya la estás haciendo- contestó él.
Miré al techo pidiendo paciencia
-otra- repliqué.
-si.
-¿Por qué te juntas conmigo, pudiendo estar tranquilamente con las chicas que tanto te buscan?
-Porque yo no quiero estar con ellas; quiero pensar, querer, ser entendido, como lo soy contigo. -dejó una pausa mientras se volvía a apoyar en la pared y miraba al suelo- además… solo quieren un objeto de burla del cual reírse de vez en cuando.
Sus palabras me recorrieron el cuerpo provocando un escalofrío, por primera vez en mucho tiempo, me sentía comprendido y querido. Sentí una fuerza abrumadora que tenía que exteriorizar, y no tuve otro recurso que el de abalanzarme sobre él. Me dejé llevar por un impulso, pero no me arrepentí. Él no parecía molesto, me devolvió el beso, como si él también lo estuviera deseando desde hace tiempo.
El tiempo pareció congelarse cuando de repente asomó por la puerta Olivia, para disculparse. Con cara de asombro salió corriendo.
Aquello me dolió, no por mi vergüenza, ni mi miedo, sino por el chico del que yo estaba enamorado. porque, a pesar de que Dani parecía más libre que nunca, no podía evitar sentirme culpable.
La reacción de Dani me sorprendió, la serenidad, templanza y calma ante la situación eran dignas de admirar. Después de todo era Dani, me miró y sonrió, con ese tipo de brillo en los ojos al estilo “lentejuela parpadeante”, no podíamos evitar mirarnos y no sentir lo que pasó.
Tal vez Olivia ya había propagado el rumor por todo el instituto, pero me daban igual sus burlas, la madurez me tapaba los oídos y no me dejaba oírles.
Según Dani tener miedo es normal, no tenerlo debería provocarlo. Dani no tenía miedo a las risas ni a las burlas, solo a no ser comprendido. Según Dani ese es el origen de la “falsedad”, por parte de aquellos que temen y no controlan el temor; pero Dani tenía bien cogidas las riendas de su miedo, formaba parte de él.
Según Dani lo peor de ser adolescentes es que ni sabemos diferenciar una trastada de una broma, no sabemos el daño que causamos hasta que ya lo hemos hecho, no conocemos a penas la personalidad propia, pero tampoco sabemos apreciarla cuando la vemos. No crecemos de forma ni anímica ni mental, porque no diferenciamos los sentimientos ajenos. Y lo peor es que no nos entendemos. Nos aferramos tanto a nuestras ideas y pensamientos que nos cerramos a otros mejores por puro orgullo.
Un día le confesé a Dani que quería ser como él.
-No tienes que ser como yo, si eres tú mismo serás mejor que cualquiera que se haga pasar por otra persona…¿me entiendes?
-si-conteste.
Rondando ya finales del segundo trimestre estábamos en el parque, al que pasábamos después de clases. Estábamos hablando tan tranquilamente en los columpios cuando unos chicos de mi clase   comenzaron a insultar.
-¡MARICAS!
Gritó uno
-¡MARICÓN!
 Chilló otro.
A Dani no parecía molestarle lo que nos llamaran pero yo en cambio era algo más sensible.
Según Dani la gente que insulta a otras personas para sentirse una persona realizada no es una persona con sentido común. Más de una ocasión sucedieron actos homofóbicos, las jugarretas hacia los gays de “Los Jazmines”.
Pero gracias a Dani y a mí, muchos de los chicas y chicas homo sexuales se atrevieron a salir del “armario”, de nuestro centro y dentro del distrito también.
Fuimos inspiración para gente que a lo mejor ni siquiera era homosexual, pero nos apoyaba. Las bromas fueron disminuyendo, los insultos se omitieron, las trastadas se acabaron.
Según Dani todo comienza con no temer a ser uno mismo. Según Dani, lo peor que hace el ser humano para dejar de evolucionar es no dejar evolucionar a otro ser humano. Según Dani ninguna lucha termina, siempre habrán opiniones diversas y gente dispuesta a dar su punto de vista y escuchar.
Según Dani…

MUJERES QUE INSPIRAN

  Rosa Parks (1913 – 2005) El primero de diciembre del año 1955, en Montgomery ( Alabama), Rosa, una mujer negra , se sube al autobús que to...