martes, 27 de mayo de 2014

El rastro de tu sangre en la nieve

¿Os suena el nombre de Nena Daconte?
Seguro que habéis oído alguna canción suya. Pues está tomado de un relato de Gabriel  García Márquez,  El rastro de tu sangre en la nieve, incluido en Doce cuentos peregrinos, el libro que quiero recomendar hoy.

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El rastro de tu sangre en la nieve

Al anochecer, cuando llegaron a la frontera, Nena Daconte se dio cuenta de que el dedo con el anillo de bodas le seguía sangrando. El guardia civil con una manta de lana cruda sobre el tricornio de charol examinó los pasaportes a la luz de una linterna de carburo, haciendo un grande esfuerzo para que no lo derribara la presión del viento que soplaba de los Pirineos. Aunque eran dos pasaportes diplomáticos en regla, el guardia levantó la linterna para comprobar que los retratos se parecían a las caras. Nena Daconte era casi una niña, con unos ojos de pájaro feliz y una piel de melaza que todavía irradiaba la resolana del Caribe en el lúgubre anochecer de enero, y estaba arropada hasta el cuello con un abrigo de nucas de visón que no podía comprarse con el sueldo de un año de toda la guarnición fronteriza. Billy Sánchez de Ávila, su marido, que conducía el coche, era un año menor que ella, y casi tan bello, y llevaba una chaqueta de cuadros escoceses y una gorra de pelotero. Al contrario de su esposa, era alto y atlético y tenía las mandíbulas de hierro de los matones tímidos. Pero lo que revelaba mejor la condición de ambos era el automóvil platinado, cuyo interior exhalaba un aliento de bestia viva, como no se había visto otro por aquella frontera de pobres. Los asientos posteriores iban atiborrados de maletas demasiado nuevas y muchas cajas de regalos todavía sin abrir. Ahí estaba, además, el saxofón tenor que había sido la pasión dominante en la vida de Nena Daconte antes de que sucumbiera al amor contrariado de su tierno pandillero de balneario.

Cuando el guardia le devolvió los pasaportes sellados, Billy Sánchez le preguntó dónde podía encontrar una farmacia para hacerle una cura en el dedo a su mujer, y el guardia le gritó contra e1 viento que preguntaran en Indaya, del lado francés. Pero los guardias de Hendaya estaban sentados a la mesa en mangas de camisa, jugando barajas mientras comían pan mojado en tazones de vino dentro de una garita de cristal cálida y bien alumbrada, y les bastó con ver el tamaño y la clase del coche para indicarles por señas que se internaran en Francia. Billy Sánchez hizo sonar varias veces la
bocina, pero los guardias no entendieron que los llamaban, sino que uno de ellos abrió el cristal y les gritó con más rabia que el viento:

-Merde! Allez-vous-en!

Entonces Nena Daconte salió del automóvil envuelta con el abrigo hasta las orejas, y le preguntó al guardia en un francés perfecto dónde había una farmacia. El guardia contestó por costumbre con la
boca llena de pan que eso no era asunto suyo. Y menos con semejante borrasca, y cerró la ventanilla. Pero luego se fijó con atención en la muchacha que se chupaba el dedo herido envuelta en el destello de los visones naturales, y debió confundirla con una aparición mágica en aquella noche de espantos, porque al instante cambió de humor. Explicó que la ciudad más cercana era Biarritz, pero que en pleno invierno y con aquel viento de lobos, tal vez no hubiera una farmacia abierta hasta Bayona, un poco más adelante.

-¿Es algo grave? -preguntó.

-Nada -sonrió Nena Daconte, mostrándole el dedo con la sortija de diamantes en cuya yema era apenas perceptible la herida de la rosa-. Es sólo un pinchazo.

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martes, 6 de mayo de 2014

Vendo niña por doce dólares

Mientras oigo por mi ventana las voces de los niños y niñas de mi patio jugando despreocupadamente en esta plácida tarde de mayo, recuerdo la noticia que me impactó ayer: el secuestro de más de doscientas niñas en Nigeria.
El hecho,  ocurrido hace ya algunas semanas,  no se había difundido hasta ayer y ha pasado casi desapercibido; de hecho he buscado esta mañana en la prensa habitual alguna referencia y apenas si he encontrado. A mediodía, comentándolo con mi hija, que- impresionada también por la noticia- se había interesado por ella y por cómo se estaba tratando mediáticamente esa barbaridad, me ha confirmado que pocos medios se habían hecho eco de ella. -¿Te imaginas la repercusión que hubiera tenido algo así con niñas del primer mundo?- me ha preguntado.
Hay preguntas que te clavan aguijones en el alma.

En esos momentos el telediario hacia una rápida referencia a lo sucedido :
"El grupo yihadista nigeriano Boko Haram ha revindicado el secuestro de más 200 niñas en Nigeria ocurrido el 14 de abril y ha añadido una amenaza más a su situación. En un vídeo al que ha tenido acceso la agencia AFP, se ve al líder del grupo armado, Abubakar Shekau, anunciando sus planes en un largo discurso de una hora: "Yo he secuestrado a vuestras niñas. Hay un mercado para vender seres humanos. Alá me dice que las venda. Venderé a las mujeres".

Hay hechos que muestran al desnudo la continuidad de la barbarie.

Boko Haram , que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", es un grupo terrorista embarcado en una guerra religiosa contra el Gobierno de Nigeria con la intención de extender la aplicación más estricta de la sharía. Uno de sus grandes objetivos es acabar con la educación a las niñas, porque cree que la educación que se imparte en el país está inspirada en valores occidentales.

" Valores occidentales". Algunos de ellos necesitarían replantearse , desde luego, pero otros hemos de tener claro que será necesario no bajar la guardia en su defensa . Supongo que desde ellos son desde los que califico como barbarie que alguien se crea- en nombre de Alá, en este caso pero, por supuesto,en nombre de cualquier otro dios- con la potestad o el deber de secuestrar, vender, violar, privar de la educación a algunos de sus semejantes por el hecho de ser mujeres y querer ir a la escuela.

Noticias con atrocidades parecidas o mayores se suceden dos por tres en nuestras magníficas pantallas de plasma. Que la barbarie, a fuerza de su "normalización" o lejanía, no nos deje indiferentes.


(Visionando el video, entenderéis el título de esta entrada)

MUJERES QUE INSPIRAN

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